El acusado Agustín Ramírez recibirá 3 años y medio de prisión por la muerte de Jonathan Vergara, de 17 años. La defensa logró recalificar el hecho como homicidio culposo, tras probar que el disparo fue accidental.

El caso que conmocionó a Paraná en febrero de este año tuvo un giro judicial: Agustín Ramírez, acusado por la muerte de Jonathan Vergara, firmó un acuerdo de juicio abreviado por el que será condenado a 3 años y medio de prisión efectiva. El hecho ocurrió el 13 de febrero en barrio Cáritas, cuando el joven de 17 años acudió al domicilio de Ramírez supuestamente para comprar un arma.

Según explicó el abogado defensor Claudio Berón a SIMPLEMENTE INOCENTES, se logró demostrar que el disparo se produjo de manera accidental durante la entrega del arma, un revólver calibre 22. Las pruebas recolectadas, como el dermotest positivo en ambas manos, fueron clave para que la fiscalía aceptara modificar la calificación inicial de homicidio simple.

Berón destacó que el acuerdo fue producto de un trabajo conjunto con el Ministerio Público Fiscal, que actuó con objetividad y apertura para revisar la evidencia. El juez Mauricio Mayer deberá ahora homologar el acuerdo.

El caso deja aún preguntas sin responder: no se avanzó en una investigación paralela que determine cómo llegó el arma al domicilio ni quién financió la supuesta compra. “Mi defendido no fue indagado sobre ese punto”, aseguró el abogado.

El hecho refleja una problemática más amplia sobre el acceso a armas en los barrios y la falta de controles efectivos, temas que siguen fuera del foco judicial.