Por su ubicación geográfica central dentro del país, Córdoba  constituye desde la época colonial el nexo entre el norte y el sur, el oeste y el litoral atlántico. Es una provincia pujante con una oferta turística que incorpora naturaleza y cultura, bellos paisajes y atractivas ciudades, modernidad e historicidad, con eventos deportivos, recreativos y culturales y una extensa gama de servicios.

La geografía cordobesa se distingue por su diversidad, las llanuras ocupan dos terceras partes del territorio, incluyendo la pampa húmeda, parte de la llanura chaqueña y de los llanos occidentales.

Las sierras de Córdoba, pertenecientes al sistema de las sierras pampeanas, presentan tres tipos de relieves dominantes: los cordones montañosos dispuestos longitudinalmente de norte a sur, las planicies elevadas o “pampas” y las depresiones o valles. Un denso sistema hídrico conformado por arroyos, ríos, embalses artificiales y la gran laguna salada de Mar Chiquita aporta a la atractividad turística, permitiendo actividades náuticas, la pesca y la recreación.

 

La benignidad del clima de tipo continental, con veranos cálidos e inviernos frescos y con diversidad de microclimas locales, acreditan la fama adquirida por Córdoba como destino turístico durante todo el año.

 

El importante desarrollo económico, sustentado en las actividades agrícolas-ganaderas, industriales y de servicios, posiciona a la provincia en un puesto de relevancia en el contexto nacional.

Culturalmente Córdoba posee un rico patrimonio cultural, con sitios arqueológicos prehispánicos y testimonios de expresiones artísticas y culturales desde el siglo XVII hasta el presente. Así podemos señalar que el “Camino de las Estancias y la Manzana Jesuítica” ha sido incorporado a la Lista del Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Córdoba es arte, cultura, es naturaleza, manifestaciones contemporáneas, y por sobre todas las cosas es un lugar con los brazos abiertos, una gran casa para todos los visitantes.

LOS ESTABLECIMIENTOS DE TURISMO RURAL

Los establecimientos rurales abren sus tranqueras a visitantes nacionales y extranjeros, invitándolos a vivir experiencias únicas y diferentes.

Los habitantes urbanos podrán disfrutar del contacto con la naturaleza descubriendo multiplicidad de paisajes, a través de cabalgatas, recorriendo senderos, contemplando las salidas o puestas de sol en la pampa con la fragancia del alfalfar o percibiendo los azules de los cerros al atardecer.

Cada establecimiento posee la peculiaridad del espacio geográfico donde se inserta, ya sea la llanura con la inmensidad como cualidad, el ganado pastando en las praderas, y más allá las lagunas o los cursos de agua con sus pajonales, ofreciendo una rica fauna para el avistaje de aves.

En los establecimientos de montaña, descubriremos la riqueza de la geomorfología, podremos ascender a los cerros, disfrutar de la textura de la flora autóctona o cabalgar por bosques de coníferas con la música del trinar de las aves.

Es posible revivir el pasado en aquellas estancias, que encierran parte de nuestra historia, disfrutaremos de los antiguos cascos con sus magníficos parques y sus interiores con un apropiado mobiliario, disfrutando de una gastronomía que rescata las tradiciones y los sabores regionales.

Siguiendo los deseos de cada visitante, es posible encontrar establecimientos donde se sentirá un habitante más del lugar, compartiendo las actividades camperas, o practicando diversos deportes o arriesgándose a un tiempo de aventura.