Campaña Nacional por el Derecho a la Muerte Médicamente Asistida
05/10/2022 Interés General / Sociedad

Campaña Nacional por el Derecho a la Muerte Médicamente Asistida

Conoce un relato que da cuenta de la necesidad de una ley que garantice la soberanía sobre la propia vida y su fin.

6

Desde la “Organización Ciudadana Eutanasia Derechos y Final de Vida”, en el marco de la Campaña Nacional por el “Derecho a la Muerte Médicamente Asistida (DMMA)”, nos dirigimos a Ud. para hacerle llegar uno de tantos relatos contados en nuestro espacio de Facebook, que da cuenta de la necesidad de una ley que garantice la soberanía sobre la propia vida y su final.

Segun nuestra experiencia hemos podido constatar q la difusion en los medios de estas historias contadas en primera persona, sufridas en la propia carne o en la de seres queridos, resuenan en la comunidad mucho más que cualquier artículo acerca del tema, sensibilizando y concientizando.
Quedamos a la espera de su respuesta, agradeciendo desde ya la posibilidad de que sea leída en v/medio de comunicación, como un aporte invalorable a esta ampliación de derechos. Si fuera de su interés estaríamos enviando periódicamente otros relatos.
Un afectuoso saludo.

Por el Derecho a la Muerte Médicamente Asistida

Elisa Kuky Lisnofsky, Nora Larrarte, Mariana Geniz,Marcela Godoy

Por el Derecho a la Muerte Medicamente Asistida “UNA HISTORIA, MIL HISTORIAS” Habitualmente acompañaba a mi hija a correr. Un día de enero, durante una de mis caminatas, sentí un dolor leve en los gemelos pero no le di importancia. Al pasar los días me di cuenta que el golpe de mi pie izquierdo al pisar el suelo, era más fuerte… En marzo de ese mismo año me dió un dolor agudo en mi pierna izquierda, sentí que perdía fuerza y me impedía apoyarla y caminar. Acudí a urgencias y me ingresaron al hospital. Salí tres días después en silla de ruedas – mis piernas eran dos cubos de hielo – con recetas en mano y órdenes para estudios. Realicé dichos estudios y fuí al doctor que me ordenó Kinesiología. La hice y me ayudó. Tengo problemas en los discos lumbares y el nervio ciático. “Esto no tiene cura” fueron las palabras del médico. Vino la pandemia y con ella mi condición empeoró porque no pude seguir con los estudios y las terapias. Ahora estoy a la espera de hacerme un ecodoppler que ayude a descubrir el por qué de los calambres y tanto dolor en los músculos, incluso en mis brazos. Aún no tengo un diagnóstico preciso ni nombre para lo que me pasa. Solo sé que hay días que parezco y camino como un robot. Otros en los que ni siquiera puedo levantarme. Muchas noches que me acuesto deseando no despertar al día siguiente. Pero luego miro a mi familia y su amor inmensurable. Entonces me levanto y trato de seguir disimulando el dolor. Esto es lo que vivo y sufro.Me haré todos los estudios. Iré a especialistas: traumatólogos, reumatólogos y todo lo que sea necesario que me ayude a seguir. Pero si no encuentro remedio que me permita vivir sin dolor y valerme por mí misma, algo que realmente me ayude a vivir con dignidad, quisiera contar con la eutanasia legal. Tener ese legítimo derecho, ese as bajo la manga, ayudaría enormemente a mi calidad de vida. Me traería la tranquilidad de poder morir como viví, autónoma y lúcida, despidiéndome dulcemente de mis seres queridos en el momento que yo lo decida.

Cristina

Publicidad