Gerry Rice, vocero, se encargó de defender la aprobación del nuevo programa del país. "depende de la voluntad doméstica para implementar las metas acordadas".
Luego de cerrar el acuerdo con Argentina hace unas semanas, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que su situación es frágil debido a la alta inflación, su elevado nivel de pobreza y su bajo nivel de crecimiento económico.
Fue Gerry Rice, vocero del organismo, durante una conferencia quien se encargó de defender la aprobación del nuevo programa del país. Pero reiteró que los riesgos son muy altos y que una parte del éxito “depende de la voluntad doméstica para implementar las metas acordadas”.
“La política cambiaria es la que se definió en el acuerdo”, dijo Rice sobre la polémica alrededor de una posible dolarización de la economía del país. Según fuentes del Gobierno, ya se pagó el viernes pasado los USD 2800 millones en vencimientos que debía abonarle al FMI antes de la firma del programa y que decidió postergar hasta que no se concretara la aprobación en el directorio.
“Creemos que el programa de Argentina tiene objetivos pragmáticos y realistas con políticas creíbles que permitirán fortalecer la situación del país y comenzar el proceso de bajar la inflación con una reducción gradual del déficit fiscal y fortalecer el esquema monetario, el poder del peso y la competitividad de sectores claves. Lo que importa sobre todo es la implementación; parafraseando a Winston Churchill: estamos en el final del comienzo”, dijo Rice.
“Hay riesgos excepcionalmente altos, pero creemos que el programa tiene objetivos pragmáticos y realistas; si se implementan, podrán lograr los objetivos. Los riesgos del programa son excepcionalmente altos porque la situación económica y social de la Argentina es frágil y nuevos shocks se han materializado; en los últimos 3 años la economía ha sufrido una recesión, con alta pobreza y una alta inflación. Aunque la economía se está recuperando más sólidamente que lo que se preveía, hay otro shock que se sumó, asociado a la situación en Ucrania como en otros países y por eso no es sorpresivo que el riesgo sea alto”, comentó.
En cuanto a la posible reducción de las sobretasas del crédito del país, aseveró: “No son para todos los créditos, sino para países con créditos excepcionalmente altos; los artículos del FMI no permiten suspensiones particulares para un país determinado y no estoy al tanto de ninguna discusión particular que se vaya a producir sobre este tema”.
El Gobierno aceleró el tratamiento de un nuevo programa con el FMI luego de las elecciones legislativas del año pasado, en una discusión que estuvo marcada por las diferencias internas en el Frente de Todos.
En mayo será la primera evaluación de desempeño por parte del equipo técnico del Fondo Monetario y el Ministerio de Economía y el Banco Central deberán alcanzar objetivos concretos de reducción de la emisión monetaria del BCRA hacia el Tesoro, un techo de déficit primario y un piso de acumulación de reservas.
Según el nuevo programa económico, el Gobierno debe mostrar: déficit fiscal primario del 2,5% del Producto Bruto Interno, monetización del rojo fiscal equivalente al 1% del PBI y sumar USD 5.800 millones en términos netos a las reservas del Banco Central.
Por último el programa contará en los primeros dos años y medio con 10 revisiones de forma trimestrales y el primer desembolso será de USD 9.800 millones, luego de que el board brindara su conformidad.