La doctora Luz Don advirtió sobre los riesgos del colesterol elevado y llamó a personalizar los tratamientos según el riesgo cardiovascular. Enfatizó que una vida sana puede evitar la medicación en muchos casos.
En diálogo con EL EXPLORADOR, la doctora Luz Don, especialista en salud cardiovascular, abordó con claridad los riesgos del colesterol elevado y la necesidad de evaluar a fondo cada caso antes de iniciar un tratamiento farmacológico. “El colesterol alto sí o sí te lleva a la ateromatosis”, sentenció, en referencia a la enfermedad que obstruye las arterias y puede derivar en infartos o ACV.
Según explicó, las estatinas —medicamentos utilizados desde hace más de 40 años— son efectivas para prevenir estos cuadros graves, pero presentan efectos adversos que deben ser considerados. “Al bloquear la síntesis del colesterol, también se bloquea la de hormonas y coenzima Q10, lo que genera problemas musculares y cognitivos”, detalló.
Por eso, insistió en que el tratamiento debe personalizarse según el riesgo global del paciente. “Si una persona joven, sana, con bajo riesgo cardiovascular tiene el colesterol un poco alto, no tiene sentido medicarla de por vida. Hay otras medidas que pueden funcionar”.
Don subrayó que la alimentación, el ejercicio, evitar el alcohol, el tabaco y las grasas trans son herramientas fundamentales para mantener los lípidos en valores saludables sin necesidad de medicamentos, siempre que no exista una predisposición genética o un riesgo elevado.
También destacó que el colesterol “malo” (LDL) debe mantenerse idealmente por debajo de 100 mg/dL, y que niveles más bajos aún son deseables si hay antecedentes de enfermedades cardiovasculares. En cambio, los triglicéridos, aunque muchas veces minimizados, son igual de peligrosos y dependen más directamente de la dieta.
“Una mujer postmenopáusica con colesterol elevado y sin lesiones vasculares no necesita medicarse de por vida”, ejemplificó. En esos casos, es clave un control constante, estudios como doppler o score de calcio, y un enfoque integral.
Finalmente, Don planteó un dilema a modo de reflexión: “¿Queremos vivir una vida sana con esfuerzo y conciencia, o preferimos hacer la que nos place y depender de una pastillita?”. Con humor, cerró recordando que, si bien las mujeres viven más años que los hombres, también enfrentan el desafío de sostener su salud durante más tiempo.