El padre Ignacio Patat reflexionó desde Luján sobre la elección del nuevo Papa y el Día de la Virgen.
Desde la Basílica de Luján, en plena celebración de la patrona de los argentinos, el padre Ignacio Patat compartió su mirada sobre un día especialmente simbólico para la Iglesia Católica: la proclamación de León XIV como nuevo Papa y la tradicional fiesta del 8 de mayo en honor a la Virgen de Luján.

“Es una bendición doble”, expresó Patat, destacando que la elección del nuevo Pontífice coincidiera con la fecha en la que, en 1887, el Papa León XIII ordenó coronar a la imagen de la Virgen. León XIV —de origen estadounidense, con raíces españolas y experiencia pastoral en Perú— fue elegido como sucesor de Francisco en lo que muchos consideran una señal de continuidad, pero también de apertura a nuevos desafíos para la Iglesia.

Según Patat, los cardenales eligieron a un hombre con fuerte impronta latinoamericana, cercano a la realidad del continente y con una sensibilidad especial por los inmigrantes. “El nuevo Papa es un hombre de Francisco, pero también con mirada propia”, afirmó. Y destacó su llamado inicial desde el balcón del Vaticano: unidad y paz.
En tanto, la jornada en Luján se vivió con gran fervor: la imagen de la Virgen recorrió las calles entre música y oraciones. Para el padre Patat, esta coincidencia entre el anuncio papal y el día de la Virgen no es casualidad: “Dios obra mucho más de lo que podemos imaginar. Hoy la Iglesia recibe señales claras de esperanza”.