El presbítero Juan Patat valoró el legado espiritual del pontífice y llamó a mantener viva su enseñanza de humildad, cercanía y compromiso con los más pobres.

La comunidad de Entre Ríos se une al mundo en la despedida del Papa Francisco I, tras conocerse la noticia de su fallecimiento. En una emotiva reflexión, el presbítero Juan Patat en los estudios del EL EXPLORADOR destacó el impacto del pontífice en la Iglesia y en la sociedad, remarcando su mensaje de humildad, justicia social y amor al prójimo.

“El Papa Francisco fue un pastor cercano, que supo escuchar y caminar con su pueblo. Su paso por la Iglesia deja una huella profunda en quienes creemos en una fe comprometida y viva”, expresó Patat. También recordó cómo su figura logró acercar a muchos a la espiritualidad desde una mirada simple, humana y profundamente evangélica.

Desde las parroquias entrerrianas se organizaron misas, encuentros de oración y espacios de diálogo para recordar al pontífice argentino. En cada gesto, se busca agradecer su servicio y sostener su legado a través de acciones concretas de solidaridad y esperanza.

El sacerdote finalizó con un llamado a la continuidad del mensaje papal: “Hoy más que nunca, debemos tomar su enseñanza como guía. Francisco nos recordó que la fe se vive con los pies en la tierra y el corazón en el Evangelio”.