Nacida en Rosario y criada entre Europa y Argentina, Ninna Mazza combina su carrera científica con su pasión por la música folk en Italia.
Ninna Mazza nació en Rosario, pero su vida transcurrió entre Argentina y Europa, marcada por la música y la ciencia. Hija de músicos, vivió gran parte de su infancia en Suiza. A los 18 años, se mudó con sus padres a Pescara, Italia, con un objetivo claro: estudiar biotecnología con orientación en neurociencias. “Tenía en claro que Europa me iba a dar oportunidades que capaz no iba a encontrar en Sudamérica”, cuenta.
Completó su licenciatura en biotecnología en Pescara y luego se trasladó a Turín para hacer un máster en neurociencias, incluso realizando un intercambio en París. Mientras tanto, nunca dejó su otra gran pasión: la música. “Desde los 12 escribo canciones”, dice. Hoy, desde Torino, compone, graba y se presenta en vivo junto a su pareja, Lorenzo, en un dúo de folk-pop en inglés, italiano y español.
Su lema “neurociencia de día, música de noche” sintetiza su estilo de vida: trabaja en una empresa cerca de Milán y dedica sus noches a la creación musical. El dúo se encuentra grabando canciones originales que esperan lanzar este verano europeo.
Además de su actividad profesional y artística, Ninna celebra su vínculo con Argentina, especialmente con Paraná —de donde es oriundo su padre—, y valora profundamente la comunidad argentina en Torino. “Hay violinistas, cantantes, tucumanos, cordobeses, está lleno de argentinos”, destaca.
Fascinada por la gastronomía local y la vida cultural de la ciudad, recomienda visitar el Parco del Valentino y la Mole Antonelliana, y asegura que Torino, con sus calles tranquilas y arquitectura francesa, es como “un pueblo grande con un millón de personas”.
Ninna Mazza es un ejemplo de talento argentino que cruza fronteras, integra ciencia y arte, y construye su camino con identidad propia en el corazón de Europa.
