Entre Ríos fue sede de un congreso sobre cultivos alternativos, en respuesta a los desafíos que impone la sequía y los cambios climáticos.
Durante el simposio, con la asistencia de 200 expertos de todo el país,se presentaron alternativas productivas como la colza, la camelina y la carinata, cultivos poco conocidos pero con un gran potencial en el mercado de biocombustibles. El director del INTA Entre Ríos, Jorge Gvozdenovich, explicó que estos cultivos no solo diversifican la producción en invierno, sino que también responden a una creciente demanda internacional.
Según Gvozdenovich, estos cultivos tienen un alto valor bioenergético, lo que los hace atractivos para grandes industrias como la aeronáutica y la naval, que buscan reducir su impacto ambiental. Además, en la región ya existen cooperativas y empresas que producen aceite de colza, lo que refuerza su viabilidad económica. A diferencia de otros cultivos tradicionales de verano como la soja o el maíz, la colza y sus parientes se siembran en invierno, complementando la rotación con trigo y mejorando la sustentabilidad de los sistemas agrícolas.
Durante el evento, los productores locales mostraron interés en estas alternativas, especialmente por la creciente demanda de empresas privadas que garantizan la compra de estas materias primas. También se destacó el rol del INTA en la mejora genética de estas especies, adaptadas a las condiciones de Entre Ríos, lo que posiciona a la provincia como líder en la producción de colza a nivel nacional.
El simposio concluyó con optimismo sobre el futuro de estos cultivos, que permiten a los productores diversificar sus ingresos mientras contribuyen a un modelo de producción más sustentable. Las empresas exportadoras de aceite ya han comenzado a negociar con productores de Entre Ríos, y se espera que estos cultivos se consoliden en la región para el próximo ciclo de otoño-invierno.