Los líderes de las pandillas dicen que quieren forzar la renuncia del primer ministro Ariel Henry, quien había viajado al extranjero.

Un comunicado del gobierno dijo que dos prisiones, una en la capital y la otra en la cercana Croix des Bouquets, fueron asaltadas durante el fin de semana.

Dijo que los actos de “desobediencia” eran una amenaza para la seguridad nacional y dijo que estaba instituyendo un toque de queda nocturno inmediato en respuesta, que comenzó a las 20:00 hora local (01:00 GMT del lunes).

Los medios haitianos informaron que otras comisarías fueron atacadas, distrayendo a las autoridades antes del asalto coordinado a las cárceles.

Entre las personas detenidas en Puerto Príncipe había pandilleros acusados en relación con el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.

El último recrudecimiento de la violencia comenzó el jueves, cuando el primer ministro viajó a Nairobi para discutir el envío de una fuerza de seguridad multinacional liderada por Kenia a Haití.

El líder de la pandilla Jimmy Chérizier (apodado “Barbecue”) declaró un ataque coordinado para eliminarlo.

“Todos nosotros, los grupos armados en las ciudades de provincia y los grupos armados en la capital, estamos unidos”, dijo el ex policía, quien se cree que está detrás de varias masacres en Puerto Príncipe.

El sindicato de la policía de Haití había pedido a los militares que ayudaran a reforzar la principal prisión de la capital, pero el complejo fue asaltado el sábado por la noche.
El domingo, las puertas de la prisión seguían abiertas y no había señales de agentes, informó la agencia de noticias Reuters. Tres reclusos que intentaron huir yacían muertos en el patio, según el informe.

Un periodista de la agencia de noticias AFP que visitó la prisión vio unos 10 cadáveres, algunos con signos de heridas causadas por balas.

Un trabajador penitenciario voluntario dijo a la agencia de noticias Reuters que 99 prisioneros, incluidos ex soldados colombianos encarcelados por el asesinato del presidente Moïse, habían optado por permanecer en sus celdas por temor a morir en el fuego cruzado.

La embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe instó el domingo a sus ciudadanos a abandonar Haití “lo antes posible”. La embajada francesa dijo que estaba cerrando los servicios de visas como medida de “precaución”.

La violencia ha estado muy extendida desde el asesinato del presidente Moïse en su casa en 2021. No ha sido reemplazado y no se han celebrado elecciones desde 2016.
En virtud de un acuerdo político, Henry debía dimitir el 7 de febrero. Pero las elecciones previstas no se celebraron y él sigue en el cargo.

En declaraciones al programa Newsday de la BBC, Claude Joseph, que se desempeñaba como primer ministro interino cuando el presidente Moïse fue asesinado y que ahora es el jefe del partido opositor llamado Comprometidos con el Desarrollo, dijo que Haití estaba viviendo una “pesadilla”.

Joseph dijo que el primer ministro Henry quería “permanecer el mayor tiempo posible en el cargo”.
“Aceptó dimitir el 7 de febrero. Ahora decide quedarse, a pesar de que hay enormes protestas en todo el país pidiéndole que renuncie, pero es lamentable que ahora esos criminales estén utilizando medios violentos para obligarlo a renunciar”.

En enero, la ONU dijo que más de 8.400 personas fueron víctimas de la violencia de las pandillas en Haití el año pasado, incluidos asesinatos, lesiones y secuestros, más del doble de las cifras observadas en 2022.

Muchos centros de salud han dejado de funcionar debido al derramamiento de sangre.
La indignación por los escandalosos niveles de violencia, además del vacío político, ha llevado a varias manifestaciones contra el gobierno, con manifestantes exigiendo la dimisión del primer ministro.