La relación entre ambos países se ve marcada por declaraciones desfavorables del presidente argentino, Javier Milei, hacia su homólogo colombiano, Gustavo Petro. La cancillería colombiana ha solicitado disculpas, pero la tensión persiste, sin que haya disculpas por parte de Milei.

En cuanto al gobierno de Petro, a pesar de sus esfuerzos, se evidencia una falta de estabilidad social y económica. La inflación ha crecido, y los incrementos salariales no han logrado contrarrestarla. Los altos costos de vida, incluyendo el alquiler y productos básicos, afectan a la población, generando preocupaciones sobre la calidad de vida.
La inseguridad se ha convertido en un problema grave en Colombia. Aumentan los atracos, extorsiones y actos delictivos, mientras las fuerzas militares parecen tener limitaciones en su intervención. Francisco destaca la presencia de más de 17 grupos delincuenciales en Bogotá, generando un ambiente de miedo y desesperación entre los ciudadanos.

Petro, enfocado en programas sociales, ha sido criticado por adoptar un enfoque clientelista. Se destaca la falta de acciones concretas para abordar problemas estructurales, como el aumento de la criminalidad y la inseguridad.

A nivel internacional, se menciona la situación de incendios forestales en Colombia y Chile, así como la respuesta gubernamental en la provincia de Chubut, Argentina, frente a los incendios en la región.