Todo esto tiene su origen en las declaraciones del gobernador electo Rogelio Frigerio, quien, en una entrevista el fin de semana, afirmó que la provincia no estaba tan holgada como se presentaba en la gestión saliente de Gustavo Bordet.

Frigerio mencionó que la provincia aún no había recaudado la cantidad necesaria para cubrir los sueldos de diciembre y los aguinaldos. Además, señaló que el único ahorro disponible era un tercio de la deuda de 66 millones de dólares que la provincia aún debe pagar en el tiempo. Estas declaraciones provocaron una respuesta inmediata del ministro Hugo Ballay, quien contradice a Rogelio Frigerio, afirmando que hay 47 millones de dólares reservados para estos compromisos presupuestarios.

La disputa no solo se limita a las finanzas provinciales, sino que también se relaciona con la propuesta de la Liga de Gobernadores Electos de establecer un fondo compensador. Esta iniciativa surge a raíz de la eliminación del impuesto a las ganancias para los trabajadores con salarios superiores a 200,000 pesos, lo que representó un recorte del 0.28% de los fondos coparticipables.

Sin embargo, las opiniones difieren sobre cómo compensar esta pérdida. Mientras algunos, como Frigerio, sugieren que el aumento en la recaudación del IVA por el incremento en el consumo podría contrarrestar la pérdida, otros, como el ministro Ballay, plantean la necesidad de un fondo compensador. Esta divergencia de opiniones se suma a la compleja situación financiera que enfrentan las provincias.

En este contexto, se destaca la situación de Entre Ríos, que, aunque recibe un 33% de coparticipación más de lo que produce, se encuentra entre las provincias con menos recursos en comparación con su potencial de crecimiento. La disputa sobre la distribución de fondos y la necesidad de compensaciones financieras plantea un escenario desafiante para la nueva gestión gubernamental.