Quizás más importante que perder la provincia luego de 20 años ininterrumpidos sea haber perdido Concordia. Las conversaciones en el oficialismo pasan por resignificar lo ocurrido en la capital del peronismo.

Primero conviene ver los números redondos. Adán Bahl obtuvo 35.000 votos, por debajo de Rogelio Frigerio que sumó 36.000. Armando Gay logró 34.000 sufragios, mientras que el radical Francisco Azcué 39.500. Gustavo Bordet en la categoría de diputado nacional contó 38.800 votos y Sergio Massa 41.500. En resumen: Bahl perdió por 6 mil, igual que Gay.

La sumatoria de la interna del 13 de agosto para la Municipalidad superó los 41 mil votos en una disputa de paridad entre Gay y Angel Giano, en donde cada uno cosechó 11.800, seguido por Alfredo Francolini con 8.600.

Con ese tablero, los únicos perjudicados fueron Bahl y Gay, cuya candidatura municipal fue motorizada por Enrique Cresto, Edgardo Kueider y, por lo tanto, Bordet.

En el crestismo ven en la derrota una consecuencia de la interna local. Le apuntan a Giano no haber militado la boleta completa. Anda dando vueltas un video filmado al momento en que el diputado fue a votar y se advierte – según el realizador audiovisual- que el sobre está flaquito, lo que supone que hubo corte de boleta. Comenzó el folclore.

El presidente de la Cámara de Diputados se sumó a la campaña, pero fue luego de una feroz interna que terminó con la apertura de una urna. La narrativa de Giano tuvo como consigna esencial que Concordia merecía “otra forma de ser gobernada”. El destinatario era Cresto.

La campaña “Armando Concordia” parecía un chiste. Primero porque ofendía al intendente actual, segundo a la ciudadanía que le da el apoyo hace 40 años y todavía no se ha terminado de armar la ciudad.

En el entorno del Gobernador insisten que ganó en su categoría, la de diputado nacional. Pero tienen una mirada similar a la de Giano sobre el supuesto agotamiento del crestismo en la ciudad. Sucede que al momento de elegir el candidato se inclinaron por Gay, cuando Giano estaba anotado para esa competencia hace 8 años. Y era, claramente, el mejor candidato por fuera del microclima y el aparato.

La derrota por casi seis puntos es un problema encapsulado, porque no se entiende por que Bahl fue cortado.

¿Quién perdió entonces? El aparato. Concordia se convierte, ahora, no en la capital del peronismo sino en un laboratorio para que el PJ repiense la política.

En la capital del peronismo, que esta vez no fue con el candidato a gobernador, empieza a asomar la interna provincial y a verificarse un problema que se detecta hace años, pero el individualismo se antepuso siempre en la totalidad de la fuerza. Con el diario del lunes aparecen las voces que habían advertido en tablones de asado y grupos de WhatsApp lo que podía pasar. Y pasó.

Fuente: Página Política