Según se ha informado, a instancias del poder ejecutivo municipal, se estaría considerando la formación de una empresa municipal de energía en Paraná, conocida como “Enercita”. Sin embargo, este proyecto ha generado preocupación y críticas por parte de Alejandro Di Palma y un grupo de dirigentes.

Di Palma y sus colegas han publicado una nota, donde expresan su desacuerdo con la iniciativa de Enercita. En la nota, cuestionan la viabilidad y el propósito de esta nueva empresa de energía, señalando que parece no tener una base sólida desde el punto de vista técnico y económico.

Uno de los principales argumentos en contra de Enercita es la escasa capacidad de generación de energía eléctrica que se propone: siete megavatios a través de un parque fotovoltaico. “Esta cantidad se considera insuficiente para cubrir los costos operativos de la empresa y, por lo tanto, plantea dudas sobre su sostenibilidad financiera”.

Además, se ha destacado que este proyecto parece replicar el modelo de la empresa provincial Energía de Entre Ríos Sociedad Anónima (ENERSA), lo que sugiere que podría ser un intento de crear una estructura adicional y costosa en lugar de aprovechar la infraestructura y la capacidad de generación existente en la provincia.
La crítica también se extiende a la falta de debate público sobre este proyecto y la ausencia de una discusión seria en el consejo deliberante. Los opositores argumentan que es necesario someter esta iniciativa a un análisis más profundo y a la participación de expertos en el campo de la energía.

Uno de los temas subyacentes en esta controversia es la legislación provincial relacionada con las energías renovables, que no reconoce a las grandes centrales hidroeléctricas, como Salto Grande, como fuentes de energía renovable. Esto ha llevado a un debate sobre la necesidad de modificar estas leyes para reconocer la energía hidroeléctrica como una fuente de energía verde.