Mónica Alonso, una productora apícola, compartió la preocupación sector sobre el estado crítico de la industria de la miel en Argentina
En respuesta a esta crisis, los apicultores argentinos planean llevar a cabo una protesta pacífica el 8 de septiembre, con el objetivo de atraer la atención de la sociedad y las autoridades. Esperan que esta manifestación genere conciencia sobre la importancia de la apicultura en el país y que se tomen medidas para apoyar a los productores.
Alonso explicó que, a lo largo de sus más de veinte años en la apicultura, ha sido testigo de un deterioro progresivo en las condiciones de producción. La proliferación de la soja, la intensificación de la fumigación, la deforestación y el avance de las urbanizaciones turísticas en las zonas donde solían ubicarse las colmenas han forzado a muchos apicultores, incluida ella misma, a migrar hacia otras provincias en busca de mejores condiciones.
Una de las principales preocupaciones que compartió Alonso es “la falta de rentabilidad en la producción y comercialización de la miel”. Según explicó, “ser apicultor implica una inversión significativa en el cuidado de las abejas, la calidad de la miel y la prevención de enfermedades, lo cual aumenta los costos de producción. Sin embargo, el precio de la miel no ha aumentado en línea con estos gastos, lo que pone en peligro la supervivencia de muchos productores”.
Además, la exportación de miel se ha visto afectada en los últimos dos años debido a la falta de demanda internacional, especialmente de miel oscura. “Esta situación ha llevado a un exceso de miel almacenada sin vender, lo que complica aún más la situación financiera de los productores” detallo Alonso.