La industria y economistas advierten que la suba de costos de las empresas se trasladará al mostrador, en el sector alimentos hablan de hasta 3%
En un mundo en el que se recalientan los precios, en una Argentina que sufre un aumento del costo de vida galopante, el Frente de Todos impulsa en el Congreso –con un tinte vinculado a la protección del medio ambiente- un proyecto de ley de gestión de envases que sumará presión a la actual inflación por su impacto en los costos empresarios.
Lo admiten en el Gobierno, lo denuncian en la industria alimenticia y lo prevén los economistas consultados por LA NACION. La Tasa de Responsabilidad Extendida del Productor (Tarep), que incluye la iniciativa, se cobraría a los productos envasados–en sus precios mayoristas– e impactará en la ecuación empresaria. Ese golpe se trasladará al mostrador.
En la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) estimaron que la nueva tasa sumaría un mes de inflación al año: un salto de 3%. Para el economista Fausto Spotorno puede llegar a 2%.
En la presidencia del bloque de diputados del Frente para la Victoria, cerca de Máximo Kirchner, afirmaron a este medio que “todas las proyecciones y modelos indican que el impacto de la implementación de la tasa se mantendrá por debajo del 0,8% [el proyecto enviado al Parlamento hablaba, en rigor, de 0,6% en sus fundamentos] de la canasta básica”. Las mismas fuentes señalaron que buscarán aprobar el proyecto antes de fin de año. Caso contrario se caerán los dictámenes de comisión por el cambio en la composición de la cámara tras las elecciones.
La Tarep podría llegar hasta 3% del precio mayorista de venta de cada producto envasado. “La Autoridad de Aplicación determinará su valor, y tendrá competencia para actualizarlo”, dice el artículo 25 del proyecto. Fuentes del Gobierno indicaron que no regirá para los renovables y que no tiene que haber alícuota máxima para todos. Eso lo definirá el consejo consultivo, donde las empresas tienen dos representantes de los trece previstos. En las compañías indicaron que, al ser en cascada, la tasa efectiva será más alta: la calculaban entre 4% y 6%.
“En los productos envasados finales el impacto no es de 3%; es más. Esto es en cascada. Si hacés un producto final, que va a tener 3%, y tenés que compras la harina envasada como insumo ahí ya pagás 3% por esa misma harina. Entonces el aumento de los costos del producto final termina siendo mayor”, explicó un analista que prefirió el anonimato.
“La ley de envases es siniestra. Crea un impuesto del 3% con la misma lógica perversa de Ingresos Brutos (en la práctica lo duplica)”, escribió el empresario Gustavo Lázzari. “Torna inviable la producción al aumentar impuestos en cascada”, agregó el economista y dueño del frigorífico Cárdenas. Lázzari fue candidato por Juntos por el Cambio.
Cuál será el impacto
“Esas tasas siempre se pasan a precios”, afirmó a este medio Guido Lorenzo, director de la consultora LCG. “El proyecto no es claro respecto a qué envases aplica. Puede haber más de un envase en la cadena de producción”, coincidió.
“Esto es one shot en precios. Sube una vez la tasa y después queda fija. Va generar un aumento de costos que se trasladará a precios. Está claro que si es a todo el universo de envasados se trata de un universo sensible, que incluye alimentos y los productos de higiene y limpieza”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra.
“Es bajísimo el impacto en la inflación”, afirmó una importante fuente del Ministerio de Medio Ambiente. La cartera que conduce Juan Cabandié es la impulsora del proyecto. Allí prefirieron poner el foco en los problemas ambientales y en la generación de empleo que impulsa la norma del oficialismo.
La Copal citó ayer un informe del Iaraf de 2019 en el que se calcula que la carga tributaria global para los alimentos llega al 38,8%; mientras que para las bebidas es de 47,2%. El artículo 4 de la iniciativa crea una excepción para la tasa a los productos destinados a la exportación.
Spotorno cree que por cada punto de tasa, el Gobierno recaudará $100.000 millones. Al máximo puede llegar a los $300.000 millones. En Ambiente no dieron un número pero lo consideraron “una locura”. Su presupuesto para este año llega a $15.000 millones. Como comparación, lo recaudado por el impuesto a la riqueza, un aporte creado por Máximo Kirchner, es de $236.500 millones en lo que va del año.
Fuente: La Nación