El drama de los niños migrantes de América Latina: un viaje peligroso para escapar de la violencia
Escapar o morir. A veces esa es la única opción que tienen las familias y los niños centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza de sus países de origen. Dejan sus hogares que aman en busca de seguridad y una vida mejor, pero los peligros a los que se exponen en el camino son innumerables.
“Cuando te enfrentas a la muerte en tu país, tienes que salir para intentar vivir. Y es posible que te encuentres la muerte en otro lado, pero en tu país sabes que no lo vas a lograr”.
La mayoría de los niños migrantes (a veces acompañados y a veces solos) provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala.
En ruta a México y Estados Unidos, los riesgos son terribles: pueden ser secuestrados, traficados, violados o asesinados. Además, la exposición a los elementos provoca males de todo tipo, como diarreas, enfermedades respiratorias, deshidratación y otras dolencias que requieren atención inmediata.